Como cada año, no podíamos perdernos nuestra cita con el Dive Travel Show, la feria de buceo que lleva camino de convertirse en la referencia de España.
Como en años anteriores, se ha celebrado en la Casa de Campo, pero trasladándose desde el Pabellón de Cristal al Pabellón de la Pipa. Este cambio y amplitud otorgaron a la feria no sólo una mayor amplitud de stands, sino de espacio para los visitantes. Aún recordamos como en visitas anteriores, en momentos puntuales apenas se podía pasar por los pasillos debido a la concentración de gran cantidad de gente en un mismo punto. Con el cambio de este año han solucionado cualquier problema de espacio existente haciendo la visita mucho más placentera.
Otro cambio con respecto a años anteriores fue la creación de un día específico para profesionales cuyo día señalado fue el viernes en horario de 16 a 21 horas. El resto de días siguieron la tónica de otros años en cuanto a horarios (sábado 10 a 21 y domingo de 10 a 19).
En cuanto a la feria en sí, el invitado este año fue Filipinas. Trajeron un stand repleto de información y con gente muy amable y dispuesta a resolver cualquier duda del futuro viajero.
Cómo no, las grandes marcas también hicieron acto de presencia en esta feria. Mares, agrupó en un sólo stand a todos sus centros de referencia de España, lo cuál fue un acierto, pudiendo encontrarte en una misma zona, toda la representación de la marca, tanto de Península como de las Islas.
Otras marcas como Cressi, optaron por tener un mega stand donde mostraron todo su repertorio de productos, tan buenos y fiables como siempre, estando atendidos por gente muy amable.
Quizás una de las grandes y agradables sorpresas de la feria fue el espacio de Scubapro. La marca, celebrando su cincuenta aniversario, expuso una muestra de todos y cada uno de sus reguladores y primeras etapas desde los inicios hasta hoy en día. Podemos decir que fue toda una joya observar reliquias de reguladores bitraquea con cuerpo de latón de los años en los que incluso el buceo no era «mainstream».
Con respecto al resto de expositores, cabe decir que estuvieron los de siempre, los de confianza, a los que se unieron nuevas incorporaciones, tales como el stand de Azores, promocionando muy activamente el buceo en sus islas. Así mismo, Decathlon nos trajo la sorpresa de la feria, una piscina para hacer pruebas y bautizos de buceo allí mismo, aunque llamaríamos valientes a quien se metiese en el agua ya que no estaba climatizada.
Alrededor de todo el recinto, pudimos observar diferentes exposiciones relacionadas con el tema principal de la feria, Por un mar sin plásticos hechas todas con deshechos marinos. Hay que decir que la calidad de las mismas era excelente.
Por último, sólo nos queda destacar la excelente organización de la feria, algo a lo que ya nos tiene acostumbrados todo el equipo que dirije Ingrid Riera, directora de esta feria y de la revista Buceadores.
Eso sí, como nota negativa, nos gustaría destacar el precio de la zona de parking del recinto. Creemos que 5 euros diarios fueron excesivos, pudiendo haberse ajustado un poco más. Si bien es cierto, que la zona tiene excelentes comunicaciones por metro, todos aquellos que viajábamos desde fuera para visitarla, creíamos que no era un precio acorde a los tiempos que corren.
En resumen, es increíble encontrarse en un mismo recinto, tanta gente con ganas de ayudar, ser amable y asesorar de una manera tan cercana al visitante. Además, cada año deja un gran sabor de boca, y a su vez, una enorme pena cuando se termina ya que tenemos que entonar estilo San Fermín aquello de «Pobre de Mí» y empezar a contar los días para la feria del año siguiente.
Os dejamos con una recopilación de algunas fotos del fin de semana, y esperamos que os guste el pequeño resumen que os hemos hecho, y que los hayáis pasado tan bien como nosotros.
